PSICOLOGÍA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
Nos enfrentamos a una situación nueva para todos. Una epidemia que nos afecta sin distinción de raza, sexo o ideología. El coronavirus en España es una amenaza que traspasa fronteras. No solo afecta a España, Italia o China, sino que ya hay casos de coronavirus por todo el mundo. A pesar de que la población más afectada es el colectivo de personas mayores y aquellos cuyo sistema inmunitario está debilitado o presentan patologías previas, nadie está exento de sufrirlo.
La palabra coronavirus se está convirtiendo en el tema principal de nuestras conversaciones. No podemos dejar de hablar de ello. O lo que es peor, no podemos dejar de pensar en ello. Nuestras rutinas, nuestro día a día, nuestra sensación de seguridad se ha roto. Es por ello que el coronavirus, también conocido como COVID-19 no solo está afectando a nivel físico, político y económico, sino que está poniendo en jaque a nuestra salud psicológica y a nuestro estado de ánimo.
Los efectos psicológicos del coronavirus
Debido a esta situación de alcance mundial, a la rápida propagación del coronavirus y al pánico generado por aumentar las cifras de casos de contagio nos vemos confinados en casa.
Se ha declarado el estado de alarma y se ha establecido un aislamiento general. Nosotros, los españoles, tan arraigados a nuestra vida social, tan amantes de la calle. Nosotros, que somos seres sociales, que necesitamos el contacto con nuestras personas más cercanas, nos vemos obligados literalmente a permanecer solos.
La incertidumbre se vuelve una máxima en nuestros días. A ello se le suma la necesidad de control junto con la inseguridad generada al no saber qué ocurrirá y la pérdida de nuestro futuro más inmediato.
Todo esto nos provoca miedo. Esta emoción vivida de manera intensa lejos de ser adaptativa nos bloquea y paraliza. El miedo generado por el coronavirus hace que nos sea difícil reaccionar o buscar soluciones alternativas.
De ahí que aparezcan mecanismos de defensa y afrontamiento como las compras desmesuradas por el miedo provocado a una falta de abastecimiento.
Se vuelven casi más perjudiciales las reacciones de la gente que no sabe cómo gestionarlo que el propio coronavirus.
Emociones y reacciones asociadas al aislamiento
La mayoría de las personas experimentamos una serie de emociones y reacciones similares en estos momentos de aislamiento y cuarentena. https://www.copmadrid.org/web/comunicacion/noticias/1459/orientaciones-la-gestion-psicologica-la-cuarentena-el-coronavirus
Por un lado al vernos privados de nuestra propia libertad nos enfadamos y nos sentimos irritables sin poder remediarlo. Al encontrarnos ante un espectáculo sin precedentes es prácticamente imposible no ponerlos en algún momento en el peor escenario posible. Esto nos inquieta, nos asusta y nos llega a parecer surrealista. Es un momento que roza lo traumático en algunas personas.
A esto se le suma la preocupación no solo por nuestra salud sino por la de las personas que nos rodean y el miedo al contagio. La preocupación en el ámbito económico, en los planes de futuro, etc.
¿Cómo gestionar el estrés derivado del aislamiento?
Está bien no estar bien. Tan importante como controlar la salud física es controlar los niveles de estrés y bienestar.
A veces no le damos la importancia necesaria a nuestro estado de ánimo y a nuestro bienestar emocional. No obstante en las circunstancias en las que nos encontramos se vuelve vital aprender determinadas técnicas y estrategias para sobrellevar la situación de la mejor manera posible.
Evitar la sobrecarga de información
A todas horas recibimos información sobre noticias del coronavirus. Información real, datos contrastados, ruedas de prensa, información falsa en forma de bulos que circulan por las redes,… Se produce un bombardeo constante de noticias y es importante saber cómo encajarlas.
Hay que evitar la sobrecarga de información sobre todo si es causa de angustia y ansiedad. De ahí deriva la importancia de constatar en todo momento la información que nos llega. Solo debemos fiarnos de aquellas fuentes que sean consideradas imparciales, objetivas y contrastadas.
Y por supuesto tomarnos un “tiempo fuera” de información. El estar las 24 horas del día pendientes de la televisión NO es beneficioso para nuestro bienestar emocional.
Otro tipo de contacto
El miedo se combate con la razón, el pánico a través de la paciencia y la incertidumbre mediante formación siempre contrastada. Cierto es que no podemos tener contacto físico con nuestros seres queridos o nuestro entorno cercano.
Sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías, podemos seguir sintiendo y transmitiendo apoyo a través de las redes sociales o el contacto telefónico. Si buscamos vías alternativas para dar y repartir apoyo podremos llevar estos días de mejor manera.
Mantener la calma
Debemos permitir y aceptar nuestras propias emociones. Para ello debemos darnos tiempo para comprender lo que sentimos y por qué nos sentimos así.
Con todo el tiempo del que disponemos ahora, sería positivo aprender a mantener la calma y gestionar el estrés a través de técnicas de relajación y respiración. Si somos capaces de centrarnos en el presente intentando dejar de lado todo lo que teníamos planeado seremos capaces de encontrar soluciones para el aquí y el ahora.
Que estamos viviendo una crisis en todos los niveles de la palabra es una realidad. No obstante no debemos olvidar que se trata de algo temporal y que todo pasará. Solo necesitamos tiempo y paciencia.
Seguir rutinas
Las personas necesitamos una serie de rutinas en nuestro día a día. Al vernos confinados en casa y con lo que hasta ahora era nuestro horario perdemos la sensación de control. Por eso cobra especial relevancia diferenciar entre el fin de semana y la jornada de lunes a viernes.
Tanto para los más pequeños de la casa como para los mayores o adultos se vuelve necesaria la programación de actividades.
Al mismo tiempo debemos seguir unos adecuados hábitos de alimentación, sueño-vigilia e higiene y autocuidados. Es necesario mantenernos activos tanto física como cognitivamente. Para ello nos podemos ayudar mediante el planteamiento de objetivos realistas y alcanzables día tras día.
Alternativas para pasar el tiempo en casa
No podemos cambiar lo que está sucediendo fuera de un momento a otro. Lo único que está en nuestra mano es permanecer en casa. Es la mejor manera de ayudar para evitar nuevos contagios de coronavirus.
En nuestra mano está convertir nuestra casa en un hogar o en una especie de cárcel. La manera en la que interpretemos la situación que estamos viviendo nos ayudará a inclinar la balanza de uno u otro lado.
Si estos días nos los tomamos como un descanso temporal y como una oportunidad para compartir tiempo con nuestros seres queridos combatiremos de mejor manera las emociones y sentimientos negativos asociados al aislamiento. Utilizar el humor puede ser un remedio contra la desesperanza ya que sonreír y reír puede aliviar la ansiedad y la frustración.
Efectivamente nos encontramos ante tiempos excepcionales. La huella psicológica que se desprenderá de esta situación dependerá de cómo cada uno de nosotros gestione esta situación. De vital importancia será pedir ayuda ante el coronavirus. Desde Indane contamos con un equipo de psicólogos encantados de poder ayudarte a sobrellevar esta situación.
MAIRENA VÁZQUEZ RODRÍGUEZ – NEUROPSICÓLOGA COLEGIADA M-31749