TRABAJO EN INDANE
Trabajo en INDANE, un centro joven en su creación pero con un equipo humano con un gran bagaje profesional. Todos nosotros hemos trabajado durante años en la rehabilitación del Daño Cerebral, tanto en el ámbito sanitario como ambulatorio. INDANE cuenta, por lo tanto, con profesionales preparados e instrumentos de evaluación e intervención adecuadas. Pero lo que más me gusta de INDANE es lo que subyace por debajo de esa profesionalidad: las ganas de crear un espacio de ACEPTACIÓN y RESPETO para nuestros usuarios. El objetivo que nutre nuestra labor diaria es hacer sentir al usuario que entendemos cómo se siente en ocasiones: angustiado, enfadado, desorientado y le acompañamos en la comunicación de esas emociones. Respetamos también su proceso de aceptación de su nueva situación y aprovechamos cualquier ocasión para alegrarnos y reírnos. El centro está abierto en espacios y tiempos para acoger cualquier situación emocional que pueda surgir. Hay salas y despachos con puertas para realizar las terapias y una planificación técnica pensada y diseñada para la rehabilitación, pero esas puertas se abren y esa planificación se reestructura cuando hay que abordar situaciones personales que necesitan atención. Hacer sentir a la persona en un lugar seguro es para mí el valor mayor de INDANE. Reunirse, compartir el desayuno, desarrollar actividades de grupo, nos ayuda a entender que la vida es algo más que terapias. Que la vida compartida es la mejor terapia. INDANE favorece espacios de comunicación con otras personas diferentes pero en circunstancias parecidas. INDANE atiende la comunicación más allá de las palabras, porque solo siendo escuchada una persona puede sentirse menos solo en una situación de conflicto. Llegar a INDANE es como llegar a casa después de un día duro. Llegas a un lugar SEGURO Glaucia
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